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Vivir en pareja puede llegar a ser más complicado que casarse. Hoy en día muchasparejas prueban la convivencia antes de pensar en la posibilidad del matrimonio. Y es que convivir trae tanto complicaciones como beneficios, aunque muchas parejas luego de la convivencia no necesariamente pasan por el altar.
Por eso, te daré algunos consejos para que tengas en cuenta a la hora de mudarte o si ya estás viviendo con tu pareja.
#1 Establecer reglas
Lo ideal es que en el momento en el que consideren vivir juntos puedan establecer ciertas reglas de cómo les gustaría que se diera la convivencia. Por ejemplo, reglas referidas a cosas personales que a uno le molestan o que le gustaría mantener en privado, así como aspectos generales de la convivencia como la comida, la limpieza y el orden.
No se trata de seguir las reglas al pie de la letra sino de discutir y comunicarse lo que uno espera del otro en la convivencia antes de que suceda. Hablar de ciertos temas sobre la convivencia es una buena forma de anticiparse y prevenir posibles discusiones.
#2 Resolver las finanzas
Es importante que ambos lleguen a un acuerdo sobre las finanzas antes de mudarse, ya sea que van a dividir los gastos a la mitad o un porcentaje del salario, lo ideal es que lo discutan y encuentren la mejor manera de enfrentar los gastos y que los dos puedan aportar algo.
Sacar una tarjeta de crédito juntos es una buena opción para lidiar con los gastos de la convivencia y es un paso previo a abrir una cuenta juntos y poder planificar a futuro.
#3 Participar juntos en la decoración
Sé cómo podemos ser las mujeres con el tema de la decoración del hogar y las ideas que tenemos sobre cómo queremos que sea nuestra casa. Pero hay que aprender a dejar eso de lado, a bajar un poco las expectativas -sobre todo si en un comienzo se encuentran apretados de dinero- y a dejar que él también decida.
Si bien los hombres -en temas de decoración- suelen dejarnos elegir, es bueno que él participe y aporte las cosas que le gusten. De esa forma, el hogar se sentirá de los dos y los dos habrán aportado algo a la casa que van a compartir.
#4 Ser flexible
Es fundamental aprender a ser flexible. SI él quiere poner una lámpara que a ti mucho no te agrada, pueden conversarlo, pero él está en todo su derecho de hacerlo. Lo mismo ocurre con el tema del armario y los espacios asignados para cada uno.
Tienes que aprender a ceder y no puedes llenar el armario solo con tu ropa. Aprovecha la mudanza para hacer una limpieza y donar las prendas que ya no uses. Optimiza tu vestuario y ordénalo de manera de que ambos tengan un lugar.
#5 Darse espacio
Una vez que estén viviendo juntos es importante que traten de encontrar sus espacios por separado. Ver otros amigos y salir un poco del hogar, por ejemplo. También traten de que cada uno pueda hacer sus cosas aún estando juntos; es importante que tú puedas leer mientras él mira la tele, o que puedas quedarte sola en el hogar si él tiene un compromiso.
Hagan que la casa se sienta de los dos, que ambos estén cómodos viviendo en ella y que puedan compartir y saber delegar determinados asuntos como el orden, la cocina y la limpieza.
Si hablan los problemas, evitan las discusiones y crean un hogar propio, a su gusto, y con armonía, ¡no hay razones para que no pueda funcionar!