Un dispositivo satelital (GPS) que llevaba en un bolsillo el adolescente autista dominicano
Hanzel Ureña de 17 años de edad, ayudó a ubicarlo y posiblemente a salvarlo de altos riesgos en los que incluso, pudo haber muerto.
La madre de Hanzel Núñez, Lency Núñez, dijo que el rastreador GPS en el bolsillo de su hijo autista, lo ayudó a salvarse de un destino trágico similar al del menor puertorriqueño Avonte Oquendo, que fue encontrado muerto a orillas del Río del Este, después de salir corriendo de su escuela, donde hubo negligencia al vigilarlo.
La señora Núñez, de 47 años, relató que su hijo, tiene la costumbre de ir vagando, y la última vez que ocurrió fue en noviembre, lo que la llevó a comprar el GPS.
El día que recibió el dispositivo en el correo, el 10 de diciembre de 2015, Hanzel desapareció otra vez, escapando de ella mientras la madre estaba asistiendo a una reunión comunitaria en Hunts Point en El Bronx.
Ocurrió a las 9:00 de la noche.
El rastreador GPS ubicó el trayecto del autista, desde la estación de trenes en Hunts Point, hasta el extremo Sur de Manhattan, y Hanzel tomó la parte alta abordando el tren M, que lo llevó a la calle 67 en Queens.
A las 11:00 de la noche, después de que la madre no podía encontrarlo por su cuenta, se fue a una de las subestaciones de viviendas públicas de la policía de Nueva York en Throgs Neck, cerca de donde vive.
También llamó a la compañía GPS, “Angel Sense”, que encargó a tres madres de niños autistas para ayudar a encontrar a Hanzel, según un representante de la firma.
A las 3:00 de la mañana, después de que llegó por la parte alta en la estación de la calle 67, la policía lo encontró, y en una ambulancia lo llevaron al Centro Médico Jacobi para verificar que no había sufrido daños físicos o abusos y que estaba bien.
“Cuando me vio, él sólo vino a mí y dijo “mami, yo estaba preocupado por ti ‘ “, relata la señoraNúñez.
Hanzel, que apenas puede leer o escribir, ama a personajes infantiles como Thomas the Tank Engine, Dora la Exploradora y Barney.
“Siempre que estamos en una tienda, él hace una línea recta hacia la sección de juguetes, y a veces, cuando se aleja, ha desaparecido tres veces con la de ahora”, añade la madre. “Ahora tiene 17 y él no es como un niño pequeño. Es un niño grande. El es alto. Ha crecido, supongo que siente que es independiente y quiere salir “, dijo Núñez.
“El primer día que se fue, yo estaba arriba y abajo E. Tremont Ave. en Throgs Neck, pidiendo a cada conductor del autobús, parando uno, 1:30 y a las 2:00 de la mañana, preguntándole a cada persona si lo habían visto, y mostrándole su foto en mi teléfono “, dijo la madre.
“Cuando el caso Oquendo me vino a la mente, me puse a llorar. No podía dormir y mis ojos estaban hinchados”, narra la señora Núñez.
Avonte, de 14 años de edad desapareció el 4 de octubre de 2013, después de correr por una puerta lateral de la Escuela Riverview en Queens.
Sus restos fueron encontrados en las orillas del río del Este, tres meses más tarde. La desaparición de en noviembre de Hanzel, hizo que su madre contactara a la compañía “Angel Sense” para pedir un GPS.