A esa colectividad de “sanadores” pertenece Raymond Bell, pastor de la Cowboy Church de Virginia, Estados Unidos. Bell asegura que la variedad de equinoterapia que él realiza, donde los pacientes acarician caballos, puede contribuir a la cura de “enfermedades y adicciones” como la homosexualidad.
El religioso asegura que su terapia animal “puede ayudar a cualquiera que esté llevando un estilo de vida homosexual o que participe de él de alguna forma”.
Y aunque no brinda demasiados detalles acerca del modo en que trabaja su terapia, indica que puede liberar a los gays de su “aflicción”, haciendo que se sientan más masculinos. Asimismo, la terapia de marras podría ayudar a detectar la causa de la “enfermedad”, ya que Bell opina que se trata de un comportamiento enfermizo que suele tener su origen en problemas de la infancia, como el abandono, la violación o la falta de referentes masculinos.
Para Bell, “la homosexualidad es en realidad un tipo de adicción”, y debe ser tratada como tal, y no como una enfermedad genética, ya que se trata “de una elección llevada adelante por la persona”.
Las “terapias de conversión” han despertado polémica en Estados Unidos, al punto de que el Estado de California está a pocos días de promulgar una ley que prohíbe su aplicación a menores de edad, mientras se recogen opiniones para una normativa marco de mayor alcance.
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