En esta entrega, voy a transcribir íntegramente y sin opinión personal,
un texto publicado en fecha desconocida por un periódico de la ciudad
de Miami, titulado: “TRUJILLO NO MURIO ASESINADO EN 1961, SINO DE MUERTE NATURAL EN ESPAÑA EN EL 1991″ bajo la firma de Jean Jirá/Fantastical, Paris. Dice así:
Documentos confidenciales en poder de los herederos del dictador
dominicano Rafael Leonidas Trujillo Molina, revelan que este no murió
como creen la mayoría de los dominicanos, víctima de un complot en la
carretera que conduce a San Cristóbal, sino que se trató de un montaje
para ocultar al país, la salida de éste al exterior producto de
negociaciones con las autoridades norteamericanas.
Los documentos pertenecientes a la familia Trujillo estaban en poder
del fenecido Ramfis, hijo mayor del dictador dominicano y quien murió
víctima de un accidente automovilístico ocurrido en París, en la
actualidad los mismos reposan en una caja fuerte de la que solo
tieneacceso Ramses, uno de los hijos de Ramfis.
Según datos filtrados por Ramses a uno de sus amigos de la universidad,
su abuelo fue convencido por el gobierno norteamericano para que
abandonara el poder en vista del desgaste de la dictadura que encabezó
por mas de 30 años, y para evitar que grupos de exiliados apoyados por
el régimen comunista de Fidel Castro capitalizaran el descontento
popular y tomaran el poder.
La verdad histórica acerca del ajusticiamiento del tirano dista mucho
de la realidad; portando una nueva identidad que incluía una sofisticada
cirugía plástica que le cambió drásticamente su físico y cara, y con la
nada despreciable suma de 700 millones de dólares Trujillo se
estableció en España, donde era visitado en secreto por sus hijos y
esposa, así como por el doctor Joaquín Balaguer.
El deceso de Manuel Jiménez, que fue la nueva identidad dada al hombre
fuerte puesto por los norteamericanos al frente del Ejército dominicano
luego de la intervención que culminó en el 1929, se produjo en realidad
en 1990 a la edad de 99 años. A los servicios fúnebres oficiados en el
mayor secreto solo asistieron cuatro personas.
Según Ramses Trujillo, para simular la muerte de su abuelo se procedió a
usar como doble a Wenceslao Tejada, un agricultor nativo de Villa de
los Almácigos, de la línea noroeste, quien tenía un parecido
extraordinario con el “Jefe”. La similitud era tal que en ocasiones se
le utilizó para hacerlo pasar por Trujillo cuando habían rumores
acerca de complots contra el tirano; vistiéndolo con su uniforme y
desplazándolo en el vehículo de éste por las rutas consideradas
peligrosas, mientras que el tirano viajaba de incógnito en otro carro.
Tejada se encontraba en poder de Johnny Abbes García, Jefe del Servicio
de Inteligencia Militar (SIM), a la espera de la ejecución del plan,
que aunque se realizó la noche del 30 de mayo de 1961, se estaba
planificando desde hacía mas de un año.
Los participantes en el complot para matar a Trujillo también fueron
engañados por enlaces militares quienes tenían la misión de hacerles
creer que el hombre que se dirigía esa noche a San Cristóbal, era el
Jefe, cuando en realidad no fue así. La perfección del plan fue tal que
todos los héroes murieron creyendo que habían asesinado al sanguinario
gobernante.
La ejecución del complot se aceleró a raíz de los atentados de las
fuerzas trujillistas contra el Presidente de Costa Rica, José Figueres,
el cual fue frustrado en mayo de 1957, también por la muerte del
Presidente de Guatemala Carlos Castillo Armas, el 27 de julio del mismo
año, por órdenes del dictador. Con financiamiento del tirano dominicano
se montó otro atentado contra Rómulo Betancourt, Presidente de Venezuela
quien sobrevivió milagrosamente cuando su vehículo fue impactado por un
carro bomba. Todas estas acciones determinaron que para los Estados
Unidos no fuera supuestamente conveniente su permanencia al frente del
gobierno dominicano.
Pero sin dudas el hecho que marcó la salida del poder de Trujillo, fue
el secuestro del profesor universitario Jesús de Galíndez, ocurrido el
12 de marzo de 1956, orquestado por espías dominicanos en la ciudad de
Nueva York, el plagio fue investigado por el FBI tras determinarse
responsabilidades, se le hizo saber al perínclito de San Cristóbal que
debía abandonar el poder o sufrir las consecuencias.
Las presiones y negociaciones en las que no solo participaron
funcionarios norteamericanos sino, españoles y franceses, se prolongaron
por cuatro años, ya que el dictador ponía condiciones incumplibles;
hasta que finalmente se hizo el montaje de lo que sería su
ajusticiamiento; detalle tras detalle todo estuvo meticulosamente
planeado, tan bien planeado que fue engañada hasta la misma historia.
Después de ejecutado el plan, Trujillo vivió la mayor parte del tiempo
en España y Brasil, países en los cuales aun conservan sus herederos
decenas de empresas con capitales que sobrepasan los mil millones de
dólares.
Tejada, el campesino usado como doble en el presunto ajusticiamiento,
nunca pensó que cuando le pusieron uno de los uniformes de Trujillo y se
le maquilló, se dirigía a un encuentro con la muerte, para que el
tirano siguiera viviendo.
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