Probablemente nos ha pasado a
todos alguna vez: fiesta, música, una, dos o tres copas de más… A la
mañana siguiente llega lo peor. Resaca, dolor de cabeza y una
preocupante laguna de memoria. Lo último que recuerdas es ese gin-tonic
de más que nunca debiste tomar. Lo sabías, pero ya es demasiado tarde.
No te acuerdas de casi nada, tu cerebro ha sufrido un apagón. ¿Por qué?
¿Qué le ocurre exactamente al cerebro cuando bebemos demasiado y luego
no nos acordamos de nada? ¿Debemos preocuparnos?
Lo primero que hay que tener en cuenta
es que no todas las amnesias temporales provocadas por el alcohol son
iguales. Existen dos tipos, amnesias “en bloque”, en la que no
recordamos largos periodos de tiempo, y “fragmentarias”, que afectan a
periodos concretos y cortos de tiempo.
La gente que experimenta amnesias
fragmentarias generalmente puede recordar lo sucedido una vez lo
intenta. No ocurre lo mismo en el otro caso. Ambas ocurren por la misma
causa: una interrupción neuropsicológica y química del hipocampo, una de las regiones del cerebro responsables de la memoria.
La ingesta excesiva de alcohol
interfiere con los receptores del hipocampo que transmitenglutamato,
una componente que envía señales entre las neuronas. Durante estas
interferencias, el alcohol impide que algunos receptores funcionen
correctamente. Este proceso hace que las neuronas creen esteroides que
a su vez dificultan la comunicación neuronal. Esto afecta a la conocida
como potenciación a largo plazo, un proceso que se cree necesario para
el aprendizaje y la memoria.
En otras palabras, el efecto es
similar a una amnesia convencional en el sentido en que el cerebro
pierde su habilidad temporal de crear nuevas memorias. La gente que
sufre de estos apagones puede realizar tareas básicas durante esos
momentos (enviar SMS, desvestirse o incluso hablar – con poco sentido),
pero no serán capaces de generar memorias sobre ello.
¿Se pueden evitar estos apagones cerebrales?
Obviamente sí: no bebiendo. Pero hay gente que incluso si ingiere pequeñas cantidades de alcohol sufre el mismo problema.
Para evitarlo, ayuda tener el
estómago lleno. Los estudios demuestran que la causa principal de estas
amnesias temporales es el aumento repentino del nivel de alcohol en la
sangre. Generalmente, a partir del 15% de alcohol en la sangre se entra
en zona de riesgo. Ese nivel es más o menos el doble de lo permitido
para conducir, dependiendo de las leyes de cada país. Y el problema es
alcanzar ese nivel de forma muy rápida.
Las mujeres son más propensas a sufrir
este problema porque su nivel de alcohol en la sangre aumenta más
rápido que en los hombres. No solo suelen tener comparativamente menos
agua en el cuerpo para dispersar el alcohol, también tienen
menos deshidrogenasa gástrica, una enzima que disuelve el alcohol.
Otro punto a tener en cuenta:
se ha demostrado una tendencia a experimentar con más facilidad estas
lagunas de memoria una vez se producen por primera vez. Es decir, si te
ha ocurrido últimamente, lo mejor es no beber durante una buena
temporada o, al menos, hacerlo más despacio.
Hace unas décadas se creía que las
amnesias temporales producidas por el alcohol eran un indicativo de
adicción al mismo. Estudios posteriores han demostrado que no hay
correlación: los bebedores sociales tienen tantas probabilidades de
experimentarlas como los adictos al alcohol. Gizmodo nos dice que
básicamente, todo depende de lo rápido que aumente el nivel del alcohol
en la sangre, aunque también se ha demostrado que hay gente con
predisposición genética a sufrirlas. Si las puedes evitar, evítalas.
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