Santo Domingo (EFE).- Muchos profesionales expatriados pagarían por marcar un teléfono y disponer de alguien que les ayude a solucionar los mil detalles propios de su instalación en un nuevo país. Justo eso es lo que hace un nuevo grupo de emprendedores que se dedica a resolver estas necesidades en la República Dominicana.
Cuestiones tan básicas como conseguir un teléfono celular, un alojamiento provisional, un colegio o un vehículo se convierten muchas veces en verdaderos “dolores de cabeza” para cientos de extranjeros recién llegados a la República Dominicana.
“De cómo transcurran las primeras 72 horas depende en gran medida el bienestar de una persona o una familia a su llegada a un país”, explicó a Efe Ignacio Gutiérrez, codirector de Dominican Gate, una innovadora empresa que brinda este tipo de servicios.
Por ejemplo, conseguir una niñera que cuide de los hijos mientras sus padres “aterrizan” en su nuevo trabajo o abren una cuenta bancaria, proporcionar un abogado de confianza para los trámites migratorios, asesorar en la contratación de un seguro, en el alquiler de una vivienda o en la constitución de una empresa son algunas de las necesidades cuyo éxito depende a menudo del asesoramiento de expertos.
“En esos primeros días es cuando se resuelven los temas más básicos. A partir de ahí, la persona ya se siente en calma y el resto de las gestiones, que pueden durar mucho, se ven de otra manera”, comenta Gutiérrez, un español que creó la empresa junto a su compatriota Lola Barberán y a la cubana Yalina Sigarreta.
Pero, para que todo salga bien es fundamental atender minuciosamente todos los detalles, como la recogida del cliente en el aeropuerto, su instalación en un lugar confortable, como un hotel o un apartamento donde pueda disfrutar de su primera cena con tranquilidad e incluso, saber que al día siguiente alguien le recogerá para llevarle a contratar una línea telefónica.
Los socios creadores de este negocio acumulan una amplia experiencia en traslados e instalaciones en países como Nicaragua, Ecuador, Estados Unidos y, cómo no, en la República Dominicana, donde quieren desarrollar su negocio para satisfacer muchas necesidades que ellos mismos han experimentado.
De sus vivencias personales y del asesoramiento amistoso que han brindado a otros extranjeros surgió, “de forma espontánea”, la idea de crear esta compañía, cuya preparación se fraguó en solo tres meses y que lleva cuatro meses operando en el país, explicó Gutiérrez.
Profesionales con numerosos contactos en sectores como el de los bienes raíces, la banca, los seguros o la abogacía, entre otros, los gestores de Dominican Gate atienden en esta etapa inicial un promedio de entre cinco y diez consultas semanales de personas que se interesan por los servicios que ofrecen.
El perfil de sus clientes es el de directivos de empresas que quieren internacionalizarse y buscan invertir en la República Dominicana o el de profesionales que están buscando una salida a su trayectoria en este país caribeño.
Y entre las solicitudes que reciben, comentó el gerente, crecen cada día las procedentes de España -país que sufre los severos efectos de la crisis y el desempleo-, aunque también atienden a clientes de Brasil, México y Estados Unidos, entre otras procedencias.
Gutiérrez considera que los servicios que ofrece esta empresa constituyen “un nicho de mercado y una oportunidad de negocio buenísima. Y en los ámbitos en que nos movemos la gente nos comenta que hacía mucha falta un servicio como el que ofrecemos”, indicó.
En cuanto a los precios de sus servicios, prefirió mantenerlos bajo reserva, aunque, como buen empresario, aseguró que son económicos porque, como señalan muchos de sus clientes y proveedores, “están por debajo del dolor de cabeza”. EFE
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