Hemos escuchado a Frank Reyes en todas las entrevistas que ha concedido a los medios estadounidenses, a propósito de la situación que está enfrentando.
Desde su aparición en Primer Impacto, la entrevista en El Vacilón de la Mañana en La Mega, y su participación en El Fuetazo con Joel y Coco en la 96.3 X.
No hay que ser muy observador para percatarse de todas las contradicciones en que ha incurrido el artista al explicar su versión sobre el caso.
Se evidencia que está actuando por motus propio sin ningún asesoramiento, porque de otra manera no se explica que haya tanta incoherencia.
Lo primero que alguien debe hacer en una situación como la suya es asesorarse de un buen abogado que le oriente y le diga lo que puede decir y que no, porque cuando viene a ver, sin querer se incrimina.
Quien desee perjudicar a Frank solo tiene que recabar las entrevistas que ha hecho.
Porque, el que no sabe, es como el que no ve, dicen.
Para colmo, el abogado que tiene en Santo Domingo anda también “más perdido que el hijo de Lindbergh”, pues según José Antonio Aybar, es un abogado laboral, no penalista, a quien la gente lo ha criticado duramente por las metidas de pata que ha dado durante su participación en diferentes programas de radio.
La comparecencia de Frank en los medios en nada contribuye a despejar la situación porque se está contradiciendo.
Lo aconsejable hubiese sido convocar a una ruedas de prensa con sus abogados, para explicar y decir todo lo que se tenga a que decir solo una vez.
Hacer un “mediatour” cargado de contradicciones no resulta favorable.
No es un disco ni un video clip nuevo que se está promoviendo, lo que si soportaría un tour con entrevistas por los diferentes medios.
El caso es muy delicado y lamentablemente Frank evidencia que no tiene quien bien lo asesore.
Joseph Cáceres
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