WASHINGTON — Durante muchos años, los médicos se han lamentado de que no hubiese pruebas parecidas al Papanicolaou para poder detectar el cáncer de ovario, pero el miércoles los científicos dieron indicios alentadores de que eso podría suceder algún día.
Los investigadores tratan de reestructurar el Papanicolaou, una prueba que toman millones de mujeres para detectar el cáncer uterino, a fin de que pueda captar también señales iniciales de otros tipos de cáncer ginecológicos.
¿Cómo? Las células de los tumores de los ovarios y de las paredes del útero pueden descascararse y caer en el cuello uterino, donde se realizan las pruebas de Papanicolaou. Esas células raramente son reconocidas bajo el microscopio, pero los investigadores de la Universidad John Hopkins utilizan algunas pruebas ultramodernas detectoras del ADN en las pruebas de Papanicolaou para detectar la evidencia: mutación de genes que revela la presencia de cáncer.
En un estudio piloto, analizaron muestras tomadas de 46 mujeres para la prueba de Papanicolaou que habían sido diagnosticadas ya sea de cáncer de ovario o de endometrio. La nueva técnica detectó todos los tipos de cáncer de endometrio y un 41% del cáncer de ovario, informó el miércoles un equipo de expertos en la revista Science Translational Medicine.
Se trata de una investigación en su etapa inicial y las mujeres no deberían esperar cambio alguno en sus exámenes de rutina de Papanicolaou. Pasarán algunos años para que se tomen pruebas adicionales para probar si la técnica de esa prueba podría dar resultado como una herramienta de prueba, usada para detectar cáncer en las mujeres que ellos piensan que están sanas.
"Ahora comienza el trabajo complicado", destacó el oncólogo de Hopkins, el doctor Luis Díaz, cuyo equipo ha reunido cientos de muestras adicionales de Papanicolaou para realizar más estudios y vías de exploración para mejorar la detección del cáncer de ovario.
Si finalmente da resultado, "la mejor parte de todo esto, el paciente no sentirá nada diferente" y la prueba Papanicolaou no se realizará de manera distinta, agregó Díaz. El trabajo extra se realizará en el laboratorio.
La nueva técnica, con base en los genes, marca una nueva metodología hacia la detección del cáncer y los especialistas se mantienen atentos.
"Esto es muy alentador y muestra un gran potencial", dijo el experto en genética Michael Melner, de la Sociedad del Cáncer.
"Nos encontramos muy lejos de poder notar cualquier efecto en nuestros pacientes", advirtió la doctora Shannon Westin del Centro Anderson contra el Cáncer de la Universidad de Texas. La doctora Westin revisó la investigación en una nota editorial que la acompaña y dijo que necesitaría mejorarse la detección del cáncer de ovario a fin de que la prueba funcione.
Sin embargo, agregó que el cáncer de ovario tiene pocas posibilidades de supervivencia porque rara vez es detectado a tiempo.
Cada año se diagnostica a más de 22.000 mujeres con cáncer de ovario en Estados Unidos y más de 15.000 no sobreviven. Los síntomas como dolor y abultamiento son obvios hasta que el cáncer está más avanzado y numerosos de intentos de detección temprana han fracasado.
El cáncer de endometrio afecta a 47.000 mujeres cada año y mata a unas 8.000 en Estados Unidos.