Samsung presentó el domingo en Barcelona la nueva generación de sus teléfonos estrella, Galaxy S7 y S7 Edge, que llegarán con resistencia al agua, mayor potencia y una cámara más rápida.
La curva sigue siendo bella para Samsung, que ha desterrado de sus nuevos teléfonos cualquier angulosidad y ha optado por el formato esférico para su cámara Gear 360.
El terminal insignia de la coreana, con permiso de su hermano Galaxy Note, vuelve a desdoblarse en dos versiones: el S7, con pantalla de 5,1 pulgadas y estructura convencional, y el S7 Edge, de 5,5 pulgadas y con bordes de pantalla curvados e interactivos.
Los principales cambios que introduce el Galaxy S7 son internos y tienen que ver con potencia, autonomía y óptica.
Su cámara trasera, de 12 megapíxeles y apertura de f/1.7, trabaja con la tecnología “dual pixel” que, según Samsung, permite usar los fotodiodos de todos los píxeles para enfocar, lo que se traduce en un enfoque cuatro veces más rápido.
Graba vídeos en 4k y capta mejor la luz, sostiene la compañía, mientras que la cámara frontal tiene 5 megapíxeles y la misma apertura que la trasera.
En las tripas de los nuevos S7 late un procesador Exynos de Samsung con 8 núcleos (cuatro funcionando a 2,3 y el resto, a 1,6 gigaherzios), asistido por 4 gigas de RAM y acompañado de 32 gigas de almacenamiento, que pueden ampliarse a 200 mediante tarjeta microSD. La tarjeta SIM y la microSD se ubican en una misma ranura.
Según Samsung, el procesador Exynos 8890 es un 30 % más potente que su predecesor y la capacidad gráfica tiene un rendimiento un 64 % mayor.
La tecnológica quiere que se use el S7 como una “máquina de juego” y para ello incorpora un sistema de enfriamiento mediante canales de agua y opciones para ahorrar energía durante las partidas: como desactivar notificaciones o reducir la resolución de los juegos de 60 a 30 cuadros por segundo.
Además, el usuario podrá grabar la partida y a sí mismo mientras juega, para luego compartir el vídeo.
Otra de las novedades de los nuevos terminales es que tienen un modo de “pantalla siempre encendida” con el que se muestra información -hora o fecha- o dibujos sin consumir apenas energía.
Los nuevos teléfonos son resistentes al agua y al polvo: pueden estar sumergidos durante 30 minutos a una profundidad máxima de 1,5 metros.
Más allá del tamaño de las pantallas y sus bordes curvados, las diferencias entre S7 y S7 Edge se limitan a la batería: 3.000 y 3.600 miliamperios por hora, respectivamente.
En esta ocasión, la funcionalidad del borde curvo del Edge se ha rediseñado para que al deslizar el dedo por él se desplieguen dos columnas de información: con acceso directo a aplicaciones, contactos o tareas.
Samsung comercializará los terminales en los colores blanco, dorado y negro a partir del 11 de marzo, aunque por el momento no ha detallado sus precios.
La tecnológica también ha presentado hoy en Barcelona la cámara Gear 360, que capta imágenes estáticas y vídeos de 360 grados, concebidos para su consumo con dispositivos de realidad virtual.
Gear 360 es una pequeña esfera blanca asida a un trípode que tiene dos lentes de 15 megapíxeles capaces de grabar -en 4k- y fotografiar imágenes de hasta 180 grados. Una vez capturadas, se combinan para dar la imagen final de 360 grados.
Por el momento, es compatible con los teléfonos Galaxy S7 -que pueden actuar como control remoto- y las gafas Gear VR, aunque Samsung planea ampliar la compatibilidad a la generación Galaxy S6.
La curva sigue siendo bella para Samsung, que ha desterrado de sus nuevos teléfonos cualquier angulosidad y ha optado por el formato esférico para su cámara Gear 360.
El terminal insignia de la coreana, con permiso de su hermano Galaxy Note, vuelve a desdoblarse en dos versiones: el S7, con pantalla de 5,1 pulgadas y estructura convencional, y el S7 Edge, de 5,5 pulgadas y con bordes de pantalla curvados e interactivos.
Los principales cambios que introduce el Galaxy S7 son internos y tienen que ver con potencia, autonomía y óptica.
Su cámara trasera, de 12 megapíxeles y apertura de f/1.7, trabaja con la tecnología “dual pixel” que, según Samsung, permite usar los fotodiodos de todos los píxeles para enfocar, lo que se traduce en un enfoque cuatro veces más rápido.
Graba vídeos en 4k y capta mejor la luz, sostiene la compañía, mientras que la cámara frontal tiene 5 megapíxeles y la misma apertura que la trasera.
En las tripas de los nuevos S7 late un procesador Exynos de Samsung con 8 núcleos (cuatro funcionando a 2,3 y el resto, a 1,6 gigaherzios), asistido por 4 gigas de RAM y acompañado de 32 gigas de almacenamiento, que pueden ampliarse a 200 mediante tarjeta microSD. La tarjeta SIM y la microSD se ubican en una misma ranura.
Según Samsung, el procesador Exynos 8890 es un 30 % más potente que su predecesor y la capacidad gráfica tiene un rendimiento un 64 % mayor.
La tecnológica quiere que se use el S7 como una “máquina de juego” y para ello incorpora un sistema de enfriamiento mediante canales de agua y opciones para ahorrar energía durante las partidas: como desactivar notificaciones o reducir la resolución de los juegos de 60 a 30 cuadros por segundo.
Además, el usuario podrá grabar la partida y a sí mismo mientras juega, para luego compartir el vídeo.
Otra de las novedades de los nuevos terminales es que tienen un modo de “pantalla siempre encendida” con el que se muestra información -hora o fecha- o dibujos sin consumir apenas energía.
Los nuevos teléfonos son resistentes al agua y al polvo: pueden estar sumergidos durante 30 minutos a una profundidad máxima de 1,5 metros.
Más allá del tamaño de las pantallas y sus bordes curvados, las diferencias entre S7 y S7 Edge se limitan a la batería: 3.000 y 3.600 miliamperios por hora, respectivamente.
En esta ocasión, la funcionalidad del borde curvo del Edge se ha rediseñado para que al deslizar el dedo por él se desplieguen dos columnas de información: con acceso directo a aplicaciones, contactos o tareas.
Samsung comercializará los terminales en los colores blanco, dorado y negro a partir del 11 de marzo, aunque por el momento no ha detallado sus precios.
La tecnológica también ha presentado hoy en Barcelona la cámara Gear 360, que capta imágenes estáticas y vídeos de 360 grados, concebidos para su consumo con dispositivos de realidad virtual.
Gear 360 es una pequeña esfera blanca asida a un trípode que tiene dos lentes de 15 megapíxeles capaces de grabar -en 4k- y fotografiar imágenes de hasta 180 grados. Una vez capturadas, se combinan para dar la imagen final de 360 grados.
Por el momento, es compatible con los teléfonos Galaxy S7 -que pueden actuar como control remoto- y las gafas Gear VR, aunque Samsung planea ampliar la compatibilidad a la generación Galaxy S6.