El diputado de la provincia Baoruco, Rafael Méndez, calificó como “una catástrofe no declarada” la expansión del lago Enriquillo, que ha inundado más de 4,000 hectáreas de terreno.
Dijo que los daños, en términos ecológicos, económicos y sociales son incalculables. “Solo falta un decreto que declare las zonas aledañas al lago como zona de catástrofe”, expresó.Entrevistado por Víctor Mateo, coordinador de la Unidad de Políticas Públicas del Observatorio Político Dominicano (OPD), una iniciativa de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), el legislador expresó que “en términos económicos, la crecida del lago ha dañado tierras productivas y tierras ganaderas de las provincias Baoruco e Independencia, que eran el sustento fundamental de vida de cientos de familias residentes en lo que se llama La olla del lago Enriquillo”.
Declaró que en términos sociales, la situación de las provincias
afectadas, Baoruco e Independencia, se ha tornado más crítica, pues han
aumentado los niveles de pobreza en las poblaciones que secularmente
han sido las más pobres y excluidas de República Dominicana. Unas 270
familias han perdido sus predios agrícolas y ganaderos, en los
municipios de Villa Jaragua y Los Ríos.
Resaltó los daños provocados por la crecida a las edificaciones que
albergaban las oficinas de Aduanas, Migración, el CESFRONT, las cuales
quedaron cubiertas en su totalidad por las aguas del lago. Igual
ocurrió con el mercado de Malpasse y con la carretera Boca de
Cachón-Jimaní.
Respecto a las vías de comunicación, indicó que se han preparado rutas
alternas, pero que también fueron afectadas. “Actualmente se está
construyendo otra vía en las faldas de la montaña”, declaró el
legislador.
Manifestó que la situación actual del Lago Enriquillo tiene más de ocho
años, pero la realidad es que la población no quiere más explicaciones
técnicas y científicas, sino alternativas de tipo social, respuestas a
los daños provocados y hasta el momento el Gobierno se ha empleado en
buscar soluciones de asentamiento agrícolas y habitacionales.
El legislador hizo especial énfasis en la actitud del Gobierno en
cuanto a solucionar “a mediano plazo” la situación, en específico el
caso de Boca de Cachón. Presentó el caso del proyecto El Limón, “donde
se está trabajando en un asentamiento ganadero y se está preparando un
terrero para trasladar la comunidad de Boca de Cachón, que es la única
comunidad que está amenazada, hasta este momento. Allí se construirán
unas 575 viviendas y proyectos de invernadero para dinamizar la
economía de la zona”.
Dijo que esperan que el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo,
cumpla y en dos meses rehabilite y amplíe los caminos vecinales que
conducen a las zonas montañosas de Neiba, Villa Jaragua, Postrer Río y
La Descubierta. “Somos grandes productores de rubros agrícolas como
café, aguacate, toronja, pero la situación de los caminos vecinales
hace que sepierden esos productos, que no lleguen a los diferentes
mercados”. De ahí la importancia en la rehabilitación de las vías de
acceso.
Estimó que a pesar de que el lago “es parte de una protección, no
solamente de ley, sino casi una protección certificada por las Naciones
Unidas y otros organismos internacionales como parte de la biosfera, el
mismo puede rendir sus frutos”.
Explicó que de acuerdo con unos estudios realizados por el Instituto de
Investigación Agrícola y Forestal (IIAF), hay unas áreas donde se
pueden criar tilapias u otras especies en jaulas. “Estamos hablando de
que 500 jaulas darían una producción que alcanzaría para abastecer
parte importante del mercado nacional de tilapias”. Declaró el diputado
Méndez.
Sostuvo que el Gobierno puede aprovechar, invertir y promocionar el
ecoturismo aprovechando las zonas montañosas de la sierra de Neiba, las
cuales “no tienen nada que envidiarle a Jarabacoa ni a Constanza.
Indicó que en las áreas del parque de Neiba, del parque de Villa
Jaragua o del parque de Postrer Río hay temperaturas de 32 grados y en
15 o 20 minutos tienes 14 o 17 grados en cualquier temporada del año”.
Resaltó el enorme potencial turístico y de desarrollo de esas zonas del
país, “que también son respuestas alternativas que con creces superarán
los daños que ha provocado el lago Enriquillo”.